Narrador omnisciente clásico



Randall Rona lo llama «punto de vista antiguo».
        La omnisciencia era un estilo muy popular en la literatura antigua.

  • El escritor hacía el papel de dios.
  • Hablaba desde arriba a los lectores.
  • Les avanzaba lo que iba a ocurrir, haciendo alarde de su omnipresencia.
  • Solía escribir en presente.
  • Introducía los personajes sin más, con ostentosas interjecciones y sermoneos morales.
  • A los victorianos, dice Randall Rona, les encantaba este rollo; pero hoy por hoy queda anticuado y debilita la verosimilitud del narrador (muy arraigada en la empatía).

        Aquí un ejemplo con narrador omnisciente (anticuado):

        «José, que pronto se convertirá en José padre, toma a María en sus anudados brazos. Ella, dócil y bondadosa, lo mira con sus ojos claros y anegados. Querida mía -exclama José, con varonil soltura- nuestro hijo se llamará Jesús. Ella, una mujer fiel, que jamás contradirá las sentenciosas palabras de su marido, prefiere que el niño se llame Santiago. Pero no dice nada, Solo apoya su cabeza en el macizo pecho de José, que piensa a su vez en que pronto habrá que marcharse».

        Si modernizamos este ejemplo, lucirá así:

        «José tomó a María en sus brazos anudados. La miró, su rostro era dócil como la marea de un lago y sus bellos ojos azules estaban húmedos. Querida mía, le dijo, nuestro hijo se llamará Jesús. Y notó, al decirlo, que María arrugaba la nariz. Luego la cogió más fuerte y ella apoyó la cabeza en su pecho. No, querido mío, la escuchó decirle, nuestro hijo se llamará Santiago.»

        ¿Qué ha cambiado?
        Es un buen ejercicio forzarte a escribir de una forma y de otra, para ir localizando las diferencias en la práctica.