Lorrie Moore


Un día Lorrie Moore recibió una felicitación por su nuevo libro. El remitente reconoció que su trabajo estaba mejorando: «se vuelve cada vez más profundo y enfermo».
        ¿Enfermo? Ella quiso interpretar esa palabra como entero: se vuelve cada vez más entero. Pero era inevitable, allí había una f y una m.
        ¿Estoy enferma?
        Marie Lorena Moore nació en Glens Falls, Nueva York, en 1957.
        En ese tiempo, cuenta, «(…) los vestidos de las niñas estaban muy decorados: apliques mal cosidos, pequeñas bayas de plástico (…). Me gustaba quitarlos, y luego solía pegarlos en otro lado (…)». A Lorrie ya le gustaba descontextualizar. Quizás el primer síntoma de esa enfermedad crónica que es escribir.
        El siguiente síntoma es crear una vida secreta. Coleccionar objetos.        
        Tener un nido de «huevos reunidos de diferentes lugares».
        Moore además dibujaba canciones y en todas había un faro, a pesar de que ella todavía no había visto el mar.
        Más tarde, creó una revista con su hermano: El hombre Loco. Allí escribían entrevistas a personajes inventados y luego las vendían a sus familiares por un par de monedas.
        Le gustaba más que le contaran las fiestas que ir a fiestas. No había nada mejor que escuchar las historias de sus amigas por teléfono. «Quería chismes, narraciones de tercera mano».
        Leía asistemáticamente. Fitzgerald y Gould más que Jane Austen. Más tarde se sumergió en los libros gordos de Brontë, como si entrara en una fiebre larga.
        Escribir, dice una Moore más solemne, «es la excursión hacia adentro y hacia fuera de nuestra propia vida». Es una compulsión por entendernos a nosotros mismos. «Es algo que, como el amor, te saca de forma dolorosa y deliciosa de los contornos ordinarios de la existencia». Es, como diría Martha Graham, ansia de fatalidad. Y en ese sentido, es enfermo.
        Vale, parece decirse Moore, acepto que dice enfermo y no entero, pero al menos interpretaré enfermo como algo que está bien.
        William Carlos William escribió: «Atrapa algo interesante de mirar, atrapa algo interesante de oír y no sueltes lo que atrapaste». Y era médico, dice Lorrie Moore, lo que ya es decir.◼