La descripción



La descripción es un reto.
        No es fácil conseguir que los lugares en los que queremos ambientar nuestras historias consigan fijarse en la mente del lector. ¿acaso se han fijado en la tuya?
       Personalmente me cuesta hacer descripciones porque siento que detengo la narración. A menudo, en estos casos, es porque estoy haciendo una descripción mediocre. No estoy en el lugar. Lo describo desde fuera.
       Muy diferente a cuando estoy en la acción y los elementos aparecen en función de esta.
        Recuerda: la acción del personaje es lo más importante. Y todo, aunque no parezca, acompaña y potencia esa acción. 
        Seguro te ha pasado que, tras una mudanza, no te sientes como en casa. Tiene que pasar un tiempo. Tienes que apropiarte del espacio. Y conforme los objetos se van relacionando a experiencias en esa casa y la casa se va llenando de esos objetos te vas sintiendo más cómodo. Hasta que un día esa casa es completamente tuya.
        Piensa en los ambientes de tu historia como en los ambientes de tu casa. Habítalos. Cambia unos objetos por otros. Rompe algo. Respira ¿a qué huele? Abre las ventanas. Dispara el arma que está sobre la cama. Apaga la luz y quédate a oscuras.